OPINIÓN

Dependencia

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN REFORMA

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Un tipo le contó a otro: "Soy ayudante de Pomponona la vedette. Por 100 pesos diarios la ayudo a vestirse y desvestirse". Comentó el otro: "Es poco". "Sí -reconoció el tipo-. Pero no puedo pagarle más"... Babalucas acudió al consultorio del doctor Ken Hosanna y le dijo: "Mi esposa sufre de insomnio". "Eso no es problema -respondió el facultativo al tiempo que buscaba en el cajón unas píldoras y un polvo-. Con esto haremos que su esposa duerma". Seguidamente le dio sus instrucciones: "Mañana, cuando cante el gallo, dele estas píldoras. Y a la hora en que llegue el lechero, que es seguramente la hora en que despierta su señora, póngale una lavativa con este polvo disuelto en agua tibia". Babalucas pagó los honorarios del doctor y se retiró llevando consigo las píldoras y el polvo. Al día siguiente regresó. Le preguntó el galeno: "¿Qué sucedió con el insomnio de su esposa? ¿Durmió anoche?". "No, doctor -contestó el badulaque-. Y vengo a que me dé otro tratamiento. Después de varios intentos logré por fin que el gallo se tragara las píldoras, pero ¡ah cómo batallé para ponerle la lavativa al méndigo lechero!"... María Candelaria, linda zagala campesina, fue a confesarse con el cura párroco del pueblo. "Acúsome, padre -le dijo contrita y pesarosa-, de que cuando voy por agua al río me persigue Lorenzo Rafáil". "No debes angustiarte -la tranquilizó el sacerdote-. El hecho de que ese joven te persiga no constituye pecado para ti, pues en él no interviene tu voluntad". Añadió la rancherita: "¡Pero es que siempre me alcanza!"... Los mexicanos, da pena decirlo, no producimos ni siquiera lo que nos comemos. De otras partes del mundo debemos traer nuestra alimentación. Hasta el maíz, producto originario de nuestro suelo, lo hemos de importar. ¿Podemos hablar de que tenemos independencia y soberanía cuando no somos autosuficientes en materia alimentaria? Dios guarde la hora, como decían nuestros abuelos, en que nos indispongamos con Estados Unidos y con Trump, cosa que bien podría suceder como consecuencia de asuntos tan problemáticos como los migrantes o el tráfico de drogas. En un abrir y cerrar de ojos nuestros buenos vecinos -es un decir- nos dejarían prácticamente sin comer. No hay país menos libre que el que depende de otro para su alimentación. Mientras no consigamos aumentar la producción del campo los mexicanos viviremos en una continua dependencia. Nuestra tierra ha rendido desde hace mucho tiempo, como producto principal, una triste cosecha de emigrantes que han dejado su país para buscar en otro el pan que el suyo les ha negado, y encontrar las más de las veces trato indigno, explotación, y en muchos casos hasta la misma muerte. Mientras no se afronte con honestidad y decisión este problema no podremos decir que México es en verdad libre y soberano... Dulciflor, cándida doncella, le dijo a Libidiano, hombre salaz: "Me regalaste unos guantes y te permití que me besaras las manos. Pero ahora que me regalas un brassière no sé; no sé"... Pepito llegó muy triste de la escuela. "Reprobé el examen", le dijo a su papá. "¿Por qué?", quiso saber el señor. "Porque no llevé acordeón", explicó el niño. Le dijo su papá: "Hiciste bien en no llevarlo, hijo. Es mejor reprobar un examen que engañar y engañarse llevando un acordeón". "Debí llevarlo -declaró Pepito-. El examen era de la clase de música, y el acordeón es mi instrumento"... Don Poseidón interrogaba con severidad al novio de su hija, pues la muchacha hablaba ya de casarse con el galán. Le preguntó en tono solemne: "¿Está usted seguro, jovencito, de que puede hacer feliz a mi hija?". "¡Uh, señor! -respondió el muchacho, orgulloso-. ¡La hubiera visto anoche!"... FIN.