Finalmente se despejó la duda que la economía mexicana no está en una recesión técnica. El PIB del segundo trimestre de este año aumentó marginalmente (0.1 por ciento), con respecto al primero. Por consiguiente se abre un nuevo compás de espera, de al menos seis meses, para declarar la condición mencionada. Lo único cierto es que el desgaste económico marcha sin detenerse.