OPINIÓN

Educar, ¿para qué?

Eduardo Caccia EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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En una escuela japonesa, el timbre del mediodía no solo anuncia el recreo. Los niños se levantan, apagan las luces, sacan escobas, trapeadores y demás enseres. No hay conserje, los alumnos limpian su salón, los pasillos, los baños. No es castigo ni ejercicio cívico. Es, simplemente, parte del día. "Si ensucias, limpias; si usas, cuidas", dicen los maestros. Ningún examen lo califica, pero deja una huella más profunda que cualquier nota.