Autor de imágenes icónicas del movimiento estudiantil de 1968 --las portadas de Los días y los años de Luis González de Alba y La noche de Tlatelolco de Elena Poniatowska llevan su firma--, así como de la Revolución Sandinista, el festival de Avándaro y los sismos de 1985, Meyer experimenta hoy con Inteligencia Artificial: la usa para intervenir obras propias y para generar otras a partir de instrucciones.
Ese trabajo será parte del libro Algoritmos, de próxima publicación en la colección Miramar, que reunirá 43 volúmenes sobre su vida, su obra y la evolución de la fotografía. El primero, Ajusco, ya circula, y pronto aparecerá Teatro Universal, dedicado a la campaña presidencial de Miguel de la Madrid en los albores de los años 80:
"Fue una obra de teatro porque todo el mundo sabía cuál era el resultado: no había más que un candidato".
En un año tendrá listos los 43 volúmenes, anuncia durante una entrevista en su casa de Coyoacán, donde óleos, fotografías, dibujos, grabados e imágenes generadas por IA conviven en igualdad de condiciones. Al colocar a Pablo Picasso o David Alfaro Siqueiros junto a Henri Cartier Bresson otorga a la fotografía el estatuto de arte que siempre ha defendido.
¿Cómo preserva el brío?
Soy alguien que desde chico ha tenido mucha curiosidad. En todo. Lo que me lleva de una cosa a la otra es la curiosidad de cómo se ve, cómo se resuelve, cómo se manifiesta dentro de la dinámica de los cambios sociales, políticos, tecnológicos... Todo está en cambio constante.
Lo único que no puede uno hacer y mantenerse saludable es acomodarse a lo ya conocido; lo que mantiene la incertidumbre es justamente lo desconocido, lo que no se tiene dominado, lo que no se tiene controlado.
¿Nunca le temió al cambio?
El cambio no me da miedo. Lo que me da miedo es el no cambio, porque siento que es muy triste no poder crecer. Creo que el destino de todos los seres humanos es crecer, independientemente de lo que se dediquen o la edad que tengan. A mis 90 años, si no crezco todos los días en algo, me siento limitado.
Hay que crecer, a pesar de los vientos encontrados que siempre tenemos todos a lo largo de la vida. Civilizatoriamente estamos aquí para resolver problemas, para llevar el saber humano, la experiencia humana al siguiente nivel. Y eso es divertido, entretenido, enriquecedor.
¿Qué es lo que más le entusiasma ahora?
Levantarme temprano en la mañana para poder trabajar en los 43 libros que tengo por entregar de aquí a un año.
Hay que acomodar las fotos en un orden que narrativamente tenga sentido; tengo que platicar las cosas de tal manera que cautive tu curiosidad para seguir las páginas del libro. Y si de alguna manera logré aportar algo a tu toma de conciencia del mundo, pues valió la pena hacerlo.
¿Sus fotos buscan concientizar o qué buscan?
Diría que ser honesto con quien he retratado.
¿Todos los días toma fotos?
Sí, todos los días y no por obligación, sino por necesidad. Así como tengo que comer o tomar agua, así tengo que tomar fotos.