OPINIÓN

El ilusionista

Eduardo Caccia EN REFORMA

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La historia se ha contado de varias formas; evoca un origen centenario en algún país oriental. Un hombre cruza con frecuencia la frontera, va con su burro y un paquete que es invariablemente revisado por los guardias, quienes están seguros de que el tipo es contrabandista, aunque no pueden probarlo. Rutinariamente el escrutinio no arroja nada y el jinete pasa sin problemas ante la sospecha renovada de los cancerberos. A la vuelta de los años, uno de los vigilantes, ya en retiro, se encuentra al sospechoso. "Los dos estamos fuera de circulación, así que ya no importa la respuesta. Dime, ¿qué es lo que contrabandeabas?", el guardia queda atónito al escuchar: "¡Burros!".