OPINIÓN

El pantano eterno

EN FLAGRANCIA / Gustavo Fondevila EN REFORMA

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El 6 agosto pasado, cuatro policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) fueron acusados de violar a una adolescente en la madrugada del sábado (3 de agosto) en el interior de una patrulla en la que circulaban por Azcapotzalco. Según la carpeta de investigación CI-FDS/FDS-4/UI-FDS-4-01/00487/08-2019 abierta ante la Fiscalía de Delitos Sexuales, una joven (17 años) regresaba de una fiesta con sus amigos cerca de la 1:30 horas de la madrugada cuando fue obligada por uno de los preventivos a subir al vehículo en la parte trasera. Según su testimonio, la menor fue violada por los cuatro policías que viajaban en la patrulla y luego abandonada en la misma calle. En su declaración, logró dar datos para la elaboración de dos retratos hablados de sus agresores y en las diligencias se comprobó que había sido víctima de violación, aunque no se hallaron muestras de semen. Hasta aquí los pocos "hechos" del caso. Después de esto -como siempre-, llegó el vendaval de dichos, contradichos, desmentidos, verdades a medias y confusiones trágicas.