OPINIÓN

El poder difama al crítico

Enrique Krauze EN REFORMA

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A principios de 1974 circuló profusamente un libro titulado Danny, el sobrino del Tío Sam. Su autor se escondía bajo el seudónimo de Leoncio Ibarra. No tenía pie de imprenta. Su tiraje se calculó en cincuenta mil ejemplares. Ese folleto inmundo era la respuesta del gobierno del presidente Luis Echeverría a las críticas que publicaba todos los sábados en el Excélsior de Julio Scherer el historiador Daniel Cosío Villegas.