OPINIÓN

El Sorteo

Arturo Brizio EN REFORMA

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Mi primer contacto con la Copa del Mundo ocurrió en el lejano 1962. En la "pieza" de mi tío Toño, así le llamaba mi papá a las recámaras, había un enorme aparato de radio, el cual emitía unos extraños ruidos que, según me explicaron, se debían a la "estática" y, entre los cuales, se colaba la voz de un ser humano.