OPINIÓN

El valle habla

Eduardo Caccia EN REFORMA

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Existe un valle mexicano cuyo paisaje reta los sentidos, una zona rocoso-montañosa que cuenta su historia con colores. En algunas partes la arcilla es roja y en otras amarilla, sus montes y llanuras son un catálogo de verdes donde dialogan encinos, pastizales, cactáceas y matorrales, sobresaliendo los olivos y la vid, emblemas de la vocación natural en la zona vinícola más importante de México, miles de hectáreas de variado terroir donde el cielo suele ser de un azul obstinado, las nubes muy protagónicas y la brisa salada por su vecindad marina.