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Graciela Sanders abre su corazón

  • Graciela Sanders y José Luis Loyo con sus hijas, Nicole y Graciela Foto: Cortesía
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03 min 30 seg
Janett Nathal

La noche de Año Nuevo de hace ocho años, la vida de Graciela Sanders cambió radicalmente al convertirse en madre, unas semanas antes de lo esperado, a los seis meses de gestación.

"Yo estaba en reposo, la iban a programar para cesárea en cuatro meses, pero comencé con una hemorragia importante, me fui al hospital y cuando desperté de la cirugía, me comentaron que mi hija había nacido asfixiada porque tuve un desprendimiento de placenta del 70 por ciento", compartió Graciela Sanders, mamá de Nicole Loyo.

"Estuvo un mes en terapia intensiva, muy desgastante emocionalmente, una gran angustia, pero cuando la dieron de alta, le hicieron estudios y me dijeron: 'al parecer la parte de oxígeno que le faltó en el cerebro afectó la parte motora, hay que esperar a ver si a los seis meses sigue con esa lesión o se recupera, y realmente no tuve que esperar a que pasara ese tiempo, comencé a llevarla a estimulación temprana y me di cuenta que seguía comportándose como un recién nacido y tuve que aceptar que tenía una lesión severa".

Al cumplir la edad estipulada, le realizaron otros estudios a Nicole Loyo y confirmaron que tenía una parálisis cerebral; sin embargo, a pesar de que fue un momento muy duro para los papás, Graciela Sanders decidió informarse y educar a su hija como cualquier otra niña, con las mismas oportunidades.

"Cuando la llevamos al Teletón, el primer shock fue ver cuántos pequeños hay con discapacidad", expresó Graciela Sanders, "ahí su médico tratante me dijo que su avance dependía al 200 por ciento de nosotros, y desde ese momento me enfoqué a hacerla sentir como si no tuviera absolutamente nada, la metí a una escuela regular y eso la motivaba a hacer lo mismo que las demás".

Sin embargo, la aceptación que Nicole Loyo tuvo en su colegio no ha sido la misma en diferentes lugares, pues, a su parecer, el País no está preparado aún para personas con discapacidades y falta mucho trabajo por hacer como sociedad.

Hace unos días, la familia acudió a un parque de diversiones ubicado en el sur de la Ciudad en el que pasó un mal instante al recibir discriminación por su situación, ya que la mayor de dos hermanas no camina.  

"Si los niños no aprenden a convivir con alguien con discapacidad, ¿cómo van a hacerlo de adultos? Por eso les da miedo acercarse a una persona ciega o en silla de ruedas".

Graciela Sanders,
madre de Nicole Loyo


"Nos hicieron pasar un momento muy humillante, porque el primer juego al que llegamos fue un carrusel, ya que a Nicole le encantan los caballos, pero la operadora me dijo que la tenía que bajar del caballito por su discapacidad, a pesar de que le expliqué que se sostenía perfecto. No bastó con eso y anunció por el micrófono que no podía iniciar el juego porque una niña se tenía que bajar", dijo Graciela Sanders, madre de Nicole y Graciela, de 8 y 6 años, respectivamente.


"Al ir rumbo a la salida, enojadas por el mal sabor de boca, se acercó un señor muy amable de nombre Francisco para ayudarnos con la silla de ruedas para bajar las rampas y le dije: 'usted es la única persona amable que nos hemos topado en este parque, la verdad hemos tenido mala experiencia y se disculpó'".

A raíz de esto, Graciela Sanders ha compartido en redes sociales lo sucedido con la finalidad de que las personas entiendan que tanto los pequeños como adultos con discapacidad pueden llevar una vida normal y necesitan ser respetados e incluidos en los espacios que ya existen y no vistos como raros que requieren otros lugares especiales.
Hora de publicación: 15:34 hrs.
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