OPINIÓN

Hugh Thomas y la Conquista

Enrique Krauze EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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Afines de los años ochenta recorrí con el eminente historiador inglés Hugh Thomas las estrechas veredas acuáticas de Xochimilco, único vestigio de la ciudad lacustre que Hernán Cortés conquistó el 13 de agosto de 1521. Nos acompañaba la hija de Hugh, Isabella, presumiblemente llamada así en recuerdo de la reina española. Íbamos en una pequeña embarcación de madera, de esas que en México llamamos "trajineras". Cada trajinera tiene un nombre de mujer como un tocado floral que enmarca su proa. Avanzábamos lentamente contemplando el vuelo de las garzas entre las "chinampas", manchones de tierra firme donde los lugareños plantan legumbres y cultivan flores. Hugh observaba en silencio, transportado en el tiempo. Iba, como siempre, impecablemente vestido de traje, esta vez de lino claro, con su inconfundible pañuelo de seda (y sus excéntricos calcetines rojos). De pronto, otras trajineras se cruzaron en nuestro camino. Nos contagió el regocijo de las familias que circulaban sobre aquellas casas flotantes, fiestas con música de mariachis, mole, tortillas y tequilas. Pienso que fue entonces, navegando los canales de Xochimilco, ensoñando con la era de los mexicas, cuando concibió la idea de escribir La conquista de México.