Durante las últimas semanas he estado siguiendo las opiniones de politólogos que considero inteligentes, claros, actualizados, consistentes y con honestidad intelectual, sin importar cuán diferentes puedan ser sus posiciones políticas. Lo hago reconociendo mis limitaciones, desconocimiento en la materia y porque la considero una responsabilidad como mexicana. Al leerlos o escucharlos intento cuestionarme, repensar, dudar, relativizar o replantear mis supuestos y quedarme con lo que considero me ayuda a estar mejor informada y tomar buenas decisiones, en medio del convulso momento que vivimos. Acepto también mi dificultad para escuchar otras voces inteligentes, pero fanáticas, porque esto, a mi parecer, les impide hacer análisis más objetivos. Parto siempre de la premisa de que todos tenemos sesgos, lo reconozcamos o no, y hago lo posible para que no me impidan ampliar mi visión y perspectiva de frente a cualquier acontecimiento.