OPINIÓN

La delgada línea azul ante la epidemia

COLABORADOR INVITADO / Rodrigo Canales, Ramón Héctor Cota y Adina Radosh EN REFORMA

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Las crisis suelen mostrar en relieve lo que normalmente damos por sentado, incluyendo lo mejor y lo peor de los entornos, las instituciones y las personas. Escuchamos a diario, por ejemplo, historias sobre los sacrificios, la valentía y el heroísmo mostrado por el personal de salud que enfrenta riesgos y carencias inimaginables para proteger la vida de los demás. En redes sociales, vemos conmovedoras escenas de agradecimiento al personal médico y de enfermería. Comunidades enteras se han movilizado para ofrecer recursos y materiales o para innovar en soluciones que permitan al sector salud enfrentar mejor la crisis. Al mismo tiempo, hay otros servidores públicos que realizan enormes sacrificios frente a la epidemia, que están quizá más expuestos aún que los trabajadores de salud y que probablemente recibirán poco reconocimiento y ayuda: nuestros policías, quienes trabajan diariamente en las calles para mantener condiciones mínimas de seguridad y que, por razones estructurales y personales, están en grave riesgo.