OPINIÓN

La locura del rey

Jorge Volpi EN REFORMA

3 MIN 30 SEG

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"A quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco", reza el adagio griego atribuido a Eurípides. Nada alarmaba tanto a los antiguos como la hybris: la desmesura que solía aquejar a los poderosos. Los ejemplos abundan: monarcas que, sobre todo en sus últimos años, son arrebatados por una excesiva confianza en sí mismos que los torna erráticos, maniáticos y rabiosos. De Nabucodonosor a Ricardo III o de Calígula a Enrique VIII: los soberanos que se ven a sí mismos como salvadores incomprendidos, víctimas de oscuras conspiraciones, se prolongan hasta nuestros caudillos de los siglos XX y XXI. Si el poder aísla y enajena, verse condenado a perderlo, como ocurre en las democracias, suele acentuar la paranoia y el narcisismo.