OPINIÓN

La máquina, el número y la vida

ANDAR Y VER / Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

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Manuel Felguérez estuvo enamorado de la inteligencia de los círculos y los triángulos; de la belleza de los desechos, de la imaginación de las máquinas. Porque sabía que el arte muere cuando el artista se repite, buscó siempre. Se mantuvo en guardia para seguir creando y no convertirse en "artesano de sí mismo". Pero en esa búsqueda se desplazó siempre en el vasto territorio de la abstracción. Desde que su escultura se liberó de las alusiones al cuerpo humano, siguió experimentando en el arte que cierra los ojos para mirar las formas sin modelo.