l rubor deja de ser un gesto tímido y se convierte en el verdadero protagonista del rostro. Desde Valentino hasta las editoriales de las grandes revistas, las mejillas se tiñen con intención y creatividad. Aplicado alto, casi rozando las sienes, el llamado blush play redefine la estructura del rostro y aporta un aire saludable, casi celestial.
Pero el rubor generoso no se trata sólo de cantidad, sino de intención. Según Goop, el cloud blush propone un acabado difuso y liviano, como si el color emergiera desde la piel. Por su parte, Byrdie destaca los tonos cálidos -corales, bayas y naranjas- que reavivan la tez en los meses fríos.
Más allá de la técnica, esta tendencia representa una nueva actitud: menos reglas, más autenticidad. El rubor ya no complementa, declara. Porque cuando el color se usa con propósito, no solo embellece, sino que empodera.
Así, el rubor generoso en tonos cálidos ha marcado presencia en todas las pasarelas del año, desde Intermoda y el Fashion Week México hasta los escenarios internacionales más importantes. Esta tendencia, que resalta la frescura y vitalidad del rostro, se ha convertido en un elemento esencial para los maquilladores y diseñadores de moda.

En la colección Thom Browne Fall/Winter 2025-26, la maquilladora Isamaya Ffrench llevó la creatividad a nuevas alturas al decorar las pestañas de las modelos con plumas de colores, inspiradas en "aves en vuelo". El efecto fue teatral y poético, convirtiendo la mirada en una obra de arte en movimiento.

Pero más allá del gesto escénico, los reportes de belleza apuntan a una tendencia más amplia: las pestañas adoptan un enfoque dramático y experimental. Según IPSY, las Over-the-Top Lashes se llevaron a "extremos surrealistas": plumas, efectos 3D o incluso delineados dibujados a mano. También resurgen las spiky lashes, con picos definidos que aportan textura y carácter.

Para quienes desean incorporar esta tendencia sin exagerar, basta con usar pestañas postizas con efecto pluma o añadir pequeños detalles en el borde externo. Así, la mirada conserva su elegancia sin perder originalidad.

Pocas cosas comunican tanto, con tan poco, como una boca pintada de rojo. Este otoño-invierno, el rojo vuelve con fuerza, reafirmando su estatus como símbolo de poder, sofisticación y confianza.
Tal como señalan las tendencias internacionales, los labios son el lienzo ideal para expresar el espíritu de cada temporada. Y, según MAC Cosmetics,los rojos profundos funcionan en todos los tonos de piel, equilibrando sensualidad con elegancia.
La clave está en la técnica: el lip combo. Combinar delineador, labial y gloss -incluso varios tonos de rojo- permite personalizar el acabado, desde el clásico mate, hasta el brillo más contemporáneo. El resultado es un labio con dimensión y carácter, una firma visual que nunca pasa desapercibida.
Las bocas rojas también dominaron las pasarelas -especialmente en la ciudad de París-, con diferentes acabados que iban desde lo satinado hasta lo difuminado. Así como lo señala Violette Serrat, maquilladora de Guerlain:
"Debe elegirse un tono de lápiz igual o incluso algo más claro que el del labial, y deslizarlo sin apretar para lograr un efecto natural y sofisticado".
El resultado: un maquillaje que celebra la calidez, la energía y la feminidad contemporánea, fusionando lo clásico con lo actual.

No todas las tendencias gritan; algunas susurran. El mini delineado, también llamado micro eyeliner, redefine la manera de enmarcar la mirada con una línea finísima justo en la raíz de las pestañas superiores. A veces se acompaña de una diminuta a la que apenas se intuye, pero transforma el rostro con precisión quirúrgica.
En un contexto dominado por la estética limpia y natural, el mini delineador surge como la evolución del minimalismo: detalle sobre dramatismo. Los informes de temporada destacan que el delineado se vuelve más refinado, más consciente
y más elegante.
Además, favorece a todo tipo de ojos, especialmente los que son pequeños o con párpado caído, ya que no roba espacio visual, sino que lo define con sutileza. Para lograrlo, basta un delineador de punta ultrafina y una mano ligera: el trazo debe parecer parte de las pestañas mismas, asegura Emmanuel.
El mini delineador es la prueba de que, en el ámbito del maquillaje, la elegancia no siempre se mide en intensidad, sino en la precisión.