OPINIÓN

Mentiras e intimidaciones

Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

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Desde su fundación, Estados Unidos se imaginó como una excepción. Un país que guiaría al planeta en la senda de la libertad, un modelo que nadie podría superar. A este pueblo le ha sido reservado el decidir si las sociedades humanas pueden establecer un gobierno basado en la razón, dijo Hamilton en una de las primeras entregas de El Federalista. Estados Unidos sería el primer país en el mundo que podría escapar la imposición de los ancestros o la de los violentos. Ni la brutalidad de la fuerza ni los absurdos de la tradición: un gobierno diseñado a través de la razón y sostenido con la voluntad libre de los ciudadanos.