OPINIÓN

No hay dictadores buenos

Jorge Ramos Ávalos EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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Todos los dictadores, por lo general, matan. Pocas veces lo hacen ellos mismos. Prefieren que sean otros los que se manchen de sangre. Viven obsesionados con mantenerse en el poder porque saben que, sin él, terminarían enjuiciados, encarcelados y quizás muertos. Sus ciudadanos saben que son unos matones. Por eso no hay nada que les guste más que ser reconocidos internacionalmente.