OPINIÓN

¿Oposición?

Jorge Volpi EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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En primer lugar, un PRI que es, bueno, el PRI. Es decir, el mismo partido de siempre o, peor, su concentrado. Un cadáver insepulto que se resiste a morir y en cuyos restos medran unos cuantos bacilos decididos a sobrevivir hasta el final. Un walking dead que, sin reconocerse extinto, intenta devorar todo lo que encuentra a su paso, en particular a los otros partidos que se topa en el camino, el PAN y el PRD, hasta dejarlos en los huesos. El antiguo partido hegemónico que, tras perder el poder el 2000 y recuperarlo en 2012, descartó cualquier crítica interna -refractaria a su ADN- y se empeñó con todas sus fuerzas en seguir fiel a sus costumbres: la corrupción convertida en una de las bellas artes -baste ojear la Estafa Maestra- y la simulación que siempre distinguió su proceder: fingirse una cosa -un partido de oposición, por ejemplo- y ser otra: un lucrativo negocio para sus dirigentes.