Arena blanca, agua cristalina y un horizonte que parece pintado; así se viven las playas de Bahamas. En Cable Beach, el mar tranquilo invita a flotar durante horas, mientras Cabbage Beach ofrece brisa fresca y largas caminatas junto al Atlántico.
Después del nado o el paddle board, el descanso llega en Café Matisse o con mariscos frente al agua. A pocos minutos, Atlantis Paradise Island suma acuario, toboganes y vistas que completan el paisaje tropical.
Toma nota: en días despejados, el mar cambia de tonalidad varias veces; lleva visor para ver peces desde la orilla y considera un tour corto a Rose Island para playas más serenas.
Más inspiración en (www.bahamas.com).
Acariciada por aguas turquesa y rodeada de colinas verdes, Reduit Beach, en Santa Lucía, es la postal perfecta del Caribe oriental. Su arena dorada se extiende frente a un mar sereno que invita a nadar o simplemente descansar bajo una palmera. Muy cerca, destaca con restaurantes elegantes, bares frente al mar y boutiques donde se respira un ambiente cosmopolita.
Al atardecer, el cielo se tiñe de tonos coral y se comprende por qué esta isla se siente como un escondite ideal para todo tipo de viajeros.
Toma nota: reserva una salida en velero para admirar el perfil de los Pitons desde el agua; realiza esnórquel ya que la visibilidad es excepcional.
Más inspiración en (www.stlucia.org).
La playa de Santa Catalina, en Panamá, combina espíritu aventurero y calma tropical. Sus olas consistentes la han convertido en meca del surf internacional, pero también es puerta de entrada al Parque Nacional Coiba, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, donde el mar revela tiburones nodriza, cardúmenes de peces y arrecifes bien conservados.
En el pueblo, los cafés bohemios, los hostales boutique y las escuelas de buceo conviven con paseos en lancha y caminatas por senderos costeros.
Toma nota: considera una excursión a Isla Coiba para hacer esnórquel entre tortugas y mantarrayas.
Más inspiración en (www.visitpanama.com).