El cantante boricua, uno de las estrellas de evento, hizo derroche de energía y puso a bailar al público. Crédito: José Aguilar
Después de que Maluma había alcanzado el cielo y las estrellas por el buen ambiente que generó con su música y la entrega del público, llegó Don Omar para demostrar que la "old school" del reguetón no se olvida; para muchos se lleva tatuado en la piel.