OPINIÓN

Rescatar el asombro

Eduardo Caccia EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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El pulso anímico de un país es un reflejo de la forma en que sus habitantes ven el mundo. A su vez, las palabras que cotidianamente usamos para nombrar la realidad son producto de ese estado de ánimo. Notablemente, el lenguaje no sólo es consecuencia, también es causa, pues con las palabras moldeamos lo que pensamos y sentimos. Cambiar de palabras es mutar de estado de ánimo. La iniciativa "Hoy di algo bueno de México", que desde Los Ángeles crearon María y Agustín González Garza, nos invita a cambiar positivamente el país a partir de reconocer nuestros aspectos positivos. A partir de nombrarlos.