OPINIÓN

Salivas desparramadas

Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

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Las voces que se han alzado para advertir los inconvenientes de la visita del presidente de México a Estados Unidos son elocuentes. En todos los tonos imaginables se ha recomendado la cancelación de ese viaje inoportuno. La carta del embajador Bernardo Sepúlveda al canciller Ebrard es impecable. El festejo del nuevo acuerdo comercial es una ceremonia "irrelevante" que no puede dejar de considerarse como una intervención mexicana en apoyo de la reelección de Trump. Nadie puede imaginar inocencia en ese gesto. Absurda y costosísima apuesta del presidente mexicano. Absurda porque el residente actual de la Casa Blanca ha sido uno de los más furiosos antimexicanos que haya dormido ahí. Absurda también porque parece una apuesta abierta por un candidato que tiene pocas probabilidades de triunfo. Sepúlveda cita las encuestas recientes: todas coinciden en advertir que la reelección de Trump es improbable. Su conducción de la crisis sanitaria, su respuesta a las movilizaciones antirracistas no han hecho más que profundizar el repudio de sectores cada vez más amplios. Costosísima apuesta porque asume el riesgo de la enemistad de los demócratas. Distanciamiento no solamente con el candidato Biden, sino también con el partido que seguramente controlará el Congreso.