OPINIÓN

Salud: ruina y reconstrucción

Julio Frenk y Octavio Gómez Dantés EN REFORMA

4 MIN 30 SEG

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Hace unos días se publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto por el que se establece el organismo público descentralizado denominado Servicios de Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social para el Bienestar (IMSS-Bienestar o IMSS-B). Este nuevo organismo asume la responsabilidad que se le había asignado hace apenas dos años al Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI): prestar servicios de salud a la población sin seguridad social. Lamentablemente, los daños que se generaron con la creación del INSABI -caída del acceso a servicios de salud, incremento de los gastos catastróficos por motivos de salud y reducción de la esperanza de vida- no podrán revertirse con esta decisión porque no representa un cambio de modelo sino una simple permuta de administrador. En los hechos, la creación del nuevo organismo es un reconocimiento, por parte del gobierno, del fracaso de su estrategia inicial. Significa también el abandono de la promesa presidencial de desarrollar en México un sistema de salud como el de Dinamarca. Tras haberle fallado a la gente en el manejo de la pandemia, el gobierno pudo haber propuesto un golpe de timón para avanzar, ahora sí, hacia el cumplimiento de esa promesa. En vez de ello, el régimen ha ratificado su decisión de seguir retrocediendo hacia el restablecimiento del sistema segmentado y vertical que teníamos en los años setenta del siglo pasado. Para las y los ciudadanos ya no vale la pena desgastarse en discutir ofertas fallidas. Lo que toca ahora es generar propuestas para construir un sistema de salud que garantice a todos los mexicanos acceso a servicios integrales de salud de alta calidad con protección financiera.