OPINIÓN

Semillas de Pallasmaa

ANDAR Y VER / Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

3 MIN 00 SEG

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Contaba el arquitecto finlandés Juhani Pallasmaa que, cuando era muy joven, clasificaba sus libros en dos categorías: libros de arquitectura y libros sobre cualquier otra cosa. Más tarde se dio cuenta de que todos los buenos libros eran, para él, libros sobre arquitectura. Todos exploran, a su manera, la interacción de los individuos y su entorno; retratan sus vidas, asientan sus costumbres. Todos los libros de filosofía, las novelas, los tratados científicos, la poesía integran una biblioteca sobre el mundo vivo de la arquitectura. "La esencia de la arquitectura, dice, está más allá de la arquitectura." Los libros no arquitectónicos revelaban asuntos más profundos para la labor del arquitecto de lo que enseñaban los manuales de la facultad. Mientras los tratados escolares tratan su tema como una disciplina cerrada, el teatro, el ensayo, la poesía, la historia abordan la verdadera cuestión de nuestra morada. Por eso sus grandes referencias intelectuales no son constructores, sino autores de ficción, filósofos, científicos. La poesía de Rilke, por ejemplo, ilumina la interacción entre la vastedad del mundo y los laberintos de la mente. El valor de la soledad y del silencio. La literatura, dice el finlandés, nutre la percepción y la sensibilidad del arquitecto. No es instrumento útil. Es el metabolismo de la creación. Cuando se lee un poema, éste se inserta en nuestra sangre, rehace nuestro tacto, afina nuestro olfato.