OPINIÓN

Un provocador en Palacio

Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

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Se acercan días muy oscuros para México. Debemos aceptar que no hay escapatoria. Me temo que, si la voz más sensata del gobierno nos advierte que estamos ante la última oportunidad es porque ésta ya se nos ha ido de las manos. Pero la urgencia es sentida por todos, menos por el presidente de la República. Andrés Manuel López Obrador se ha entregado a la provocación. En lugar de ofrecer serenidad y confianza, se dedica al desplante. Si hay algo que fastidia a mis enemigos, lo haré mil veces. Si recibo una recomendación de los expertos, me burlaré de ella con mi conducta cotidiana. Yo, el supremo, no pretendo sujetarme a consejo de nadie.