OPINIÓN

¿Faldas crueles?

Denise Dresser EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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Mujeres por todas partes. Mujeres candidatas a la Presidencia, mujeres en los Congresos, mujeres en el gabinete, mujeres en la Suprema Corte. Hay mucho qué celebrar. Es un triunfo de luchas milenarias por la voz, por la equidad, y por la representación. Es un logro del feminismo que ha sabido revolucionar lo que toca, en nuestra época y en el mundo. Pero no soy de las que se ha subido al carro de la celebración porque Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez sean opciones a la Presidencia, porque creo que el género no es garantía de mejor gobernanza. Puede serlo, y el caso de Jacinda Ardern en Nueva Zelanda me viene a la mente. Ahí, el liderazgo femenino demostró una forma distinta de ejercer el poder, combinando la energía con la empatía, la capacidad con la tenacidad, la templanza con la firmeza. Pero traer falda o huipil no te hace demócrata o te lleva a diseñar mejores políticas públicas. El hábito no hace a la monja.