OPINIÓN

Para maestros, padres y estudiantes, darle prioridad al mérito académico parece apropiado. Sin embargo, hay una gran injusticia invisible

Injusticia invisible

COLABORADOR INVITADO / Pablo A. Peña EN REFORMA

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
En estos días se está aplicando el examen de la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (COMIPEMS). Alrededor de 300,000 estudiantes que terminaron la secundaria van a presentar ese examen para buscar un lugar en alguno de los más de 400 bachilleratos públicos en el área metropolitana de la Ciudad de México. Entre esas opciones están las preparatorias que dan pase a la UNAM. Para esos jóvenes no solo está en juego su experiencia educativa. Está en juego su futuro profesional.