OPINIÓN

La buena onda

Guadalupe Loaeza EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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José Agustín era la buena onda, más bien, la buenísima onda. Así me pareció cuando lo invité a presentar mi libro Compro, luego existo (1992). Me acuerdo que fue en un terreno baldío en Valle de Bravo o en Cuernavaca. Vino mucha gente, especialmente jóvenes. Yo estaba muy intimidada y prácticamente, en esa ocasión, no tomé la palabra, él fue el que habló muerto de la risa por las descripciones del libro a propósito de las "niñas bien", súper consumistas. Fue una presentación muy divertida, desenfadada. "Yo nada más vine a cotorrear", decía entre risas. Era obvio que el tema del libro le parecía demasiado ajeno a su literatura.