OPINIÓN

La orquesta sin batuta

ANDAR Y VER / Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

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A lo largo de este año desquiciado han surgido un buen número de expresiones culturales. Desde el encierro, teatro en casa, recitales por vía remota, lecturas y presentaciones transmitidas por Facebook, una catarata de diarios, diálogos a distancia. Está, por ejemplo, esa serie de cortos de Netflix que se llama "Hecho en casa", que es francamente menor. Tiene gracia, si acaso, el corto de Sorrentino en el que juega con figuritas del papa y de la reina de Inglaterra y es brillante el corto del chileno Pablo Larraín. Pero la serie es notable porque revela la precariedad de las condiciones y las limitaciones de la imaginación. Por el momento, nada memorable.