OPINIÓN

Seguir a la manada

Eduardo Caccia EN REFORMA

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Eres turista en una ciudad. Es la hora de la comida y te aproximas a donde hay varios restaurantes (de los que no tienes referencias). Te das cuenta de que uno está vacío y en el contiguo hay comensales. Las posibilidades de que decidas entrar al que tiene clientes son mayores que las de entrar al otro. No tienes ningún dato objetivo, no has probado los alimentos de ambos, no has revisado críticas culinarias, simplemente tu intuición te dice que "por algo será" que haya mesas ocupadas en uno y no en otro. Sigues a la manada.