OPINIÓN

El riesgo para los que manipulan el pasado para cimentar su poder es que transforman la cultura política

¿Una nueva cultura política?

Isabel Turrent EN REFORMA

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Está en su ADN político. Ese sería el diagnóstico más evidente para explicar la abolición de la autonomía, decretada por el gobierno hindú que encabeza Narendra Modi, del disputado territorio de Cachemira y darle una vuelta más al enfrentamiento entre Pakistán y la India: entre hinduistas y musulmanes. También la represión de los manifestantes rusos que reclaman elecciones libres y la posibilidad de elegir candidatos independientes parece genética. Putin viene de una larga tradición autocrática que ha silenciado sistemáticamente a cualquier disidente. Para no hablar de China, que ha intentado desde la muerte de Mao combinar un régimen económico abierto al mundo y un sistema político autoritario y cerrado de un solo partido, alérgico a las libertades democráticas, y enfrenta ahora a millones de jóvenes en Hong Kong que nunca han estado dispuestos a rendir pleitesía a la dictadura de Beijing. También la reciente votación en Argentina, que favoreció al peronismo populista que encarna Cristina Fernández de Kirchner y amenaza sacar a Mauricio Macri de la Presidencia, parece parte del ADN político argentino: no ha podido enterrar a Perón, que convirtió a un país riquísimo en un paria político y económico.