OPINIÓN

El asa y el sebo

Jesús Silva-Herzog Márquez EN REFORMA

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Para el político todo tiene forma de asa, decía Ortega y Gasset. Los hechos, las opiniones, las personas, los problemas no son más que instrumentos de su ambición. Por eso de inmediato les inventa agarradera. El filósofo se refería a la incapacidad del político para reconocer el mérito de las cosas en sí mismas y la tara que significaba el apreciarlas solamente como herramienta. Al político le estaba negada la emoción de disfrutar un relato, si no lo convertía en pieza de un discurso. Ese sujeto al que ubicaba en el polo opuesto de su propia vida era a su juicio incapaz de entablar relaciones desinteresadas, era ciego al placer estético y negado a cualquier deleite intelectual. Todo sometido a su ímpetu de dominio. Amigos y desconocidos, coyunturas y urgencias, inventos y recuerdos, afectos y aversiones. De ahí la imagen: todo tiene, para el político, asa, agarradera. Si algo o alguien no le es útil, no existe.