OPINIÓN

Gobierno Guacamaya

Denise Dresser EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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En cualquier democracia funcional, los Guacamaya Leaks hubieran producido investigaciones, renuncias y descabezamientos políticos. En cualquier régimen parlamentario, el gobierno ya hubiera caído. En un sistema verdaderamente transformador, el general Luis Cresencio Sandoval ya habría perdido el puesto por negarse a comparecer ante miembros del Congreso. Pero en México la impunidad es la normalidad. El caos es parte de la cotidianeidad. El que un Presidente mienta, un secretario de la Defensa se escabulla y un Ejército se mande a sí mismo se ha vuelto una realidad tolerada e incluso justificada. Las revelaciones escandalosas de un día son olvidadas ante las revelaciones tenebrosas de la mañana siguiente. Y la magnitud de lo constatado acaba sepultada por las listas de precandidatos presidenciales inventadas por AMLO, por la pusilanimidad de la oposición, y un ciclo mediático enraizado en la inmediatez. Pero "El Guacamayazo" tiene implicaciones y muy serias. Desnuda a un Presidente ignorante o subyugado, exhibe a un Ejército empoderado y desalmado, retrata a un país donde la construcción del narco-Estado avanza ante el pasmo de la autoridad. La militarización va de la mano con la colombianización.