OPINIÓN

Cabeza y cuerpo

Denise Dresser EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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Morena celebra sus comicios internos conjugando el verbo "canibalizar". Morena intenta elegir 3,000 consejeros y congresistas comiéndose a sí mismo, destazándose a sí mismo, demostrando sus vicios de origen. No es un partido institucionalizado, sino un movimiento indisciplinado. No es una organización bien armada, sino un conglomerado de tribus enfrentadas. No surgió en torno a un programa compartido, sino en torno a un hombre idolatrado. Y hoy paga los costos de ser un movimiento que llevó a López Obrador al poder, pero no sabe cómo ejercerlo o compartirlo o rotarlo. Atrapados en guerras intestinas, los morenistas se atacan, se persiguen, se sabotean, se golpean. Atrapados en peleas por los puestos, los morenistas no luchan por ideas, sino por prebendas. El enemigo más fuerte de Morena no está fuera del movimiento, sino dentro de él. Y es el ADN que heredó del político que lo parió.