Mientras se prepara todo para la firma del acta de defunción del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el velorio en que se ha vivido desde que se aprobó la reforma constitucional de extinción de los órganos constitucionales autónomos en diciembre de 2024, podría prolongarse. En ocasiones, las prisas de modificar la Constitución y expedir leyes dan origen a involuntarias contradicciones que generan vacíos, incertidumbre real y litigios seguros de pronósticos reservados. Veamos.