Independencia

PALM SPRINGS.- El sur de California enfrenta una de las ondas de calor más severas de los últimos años. En el desierto de Colorado, en el Valle de Coachella donde cada año miles persiguen la música de su festival, la cannabis legal y otras drogas recreativas, la temperatura rebasó el domingo los 47 grados. Los gays blancos y retirados que viven en la icónica ciudad del desierto de Palm Springs, con una de las mayores concentraciones de personas LGBT del país, bailan descamisados en una terraza la música dosmilera que ya está de moda nuevamente, mientras un hombre avienta agua con una manguera para refrescar el ambiente. Nadie trae cubrebocas, es el "privilegio de California", me dice Miguel, mi amigo mexicano. El estado reabrió completamente su economía el pasado 15 de junio debido a que la vacunación alcanzó a más del 70% de la población mayor de 18 años que para esa fecha tenía al menos una dosis.