OPINIÓN

Oda a sí mismo

Denise Dresser EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

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Un AMLO-fest. Una carta de amor. Un espejo encantado que refleje al líder al doble de su tamaño. Así será la marcha convocada por el presidente López Obrador el 27 de noviembre. Otra oportunidad para ser colocado en el pedestal, y ser alabado ahí. Otra ocasión para encabezar una protesta opositora, como si no fuera el Presidente de todos. El líder más adicto a la atención que a la democracia, usará la movilización del presente como la ha usado en el pasado, y con los mismos objetivos. Transformar una derrota obvia en una victoria simulada. Presentarse como el paladín del pueblo y desacreditar a quienes ya no merecen esa adscripción. Flexionar el músculo mayoritario para deslegitimar la discrepancia legítima. Y preguntarse, del mismo modo que lo hace en la mañanera, "¿Cómo me veo?", "¿Me quieren?", "¿Espejito, espejito, sigo siendo el más bonito?".